Cuenta Ovidio que, en tiempos remotos, las mujeres de la Isla de Lemnos fueron castigadas por Afrodita por descuidar sus santuarios con una terrible halitosis, hecho que generó el rechazo de los hombres. Hartas y avergonzadas, las mujeres resolvieron vengarse y, una noche, mataron a todos sus parientes varones, salvo una: la reina Hipsípila, que perdonó a su padre, quien tuvo que salir de la isla travestido entre sangre y llamas. Estos sucesos marcan el inicio de los rituales expiatorios Kaviros, fiestas enigmáticas de invocación de dioses ctónicos en las que el fuego, la sangre y la ridiculización de lo masculino son ingredientes esenciales. Ritos que a su vez, conectan con toda una genealogía más amplia que entrelaza revolución, fuego, fiesta y travestismo, desde las protestas de Stonewall,“The invasion of the Pines” en Fire Island, o la muerte de Ocaña en su vestido de sol, entre otros.
Bajo la luz del fuego, la ceniza parece purpurina será un ritual transformista de dibujo y consumación a través de la invocación de dioses del underground mitológico y contemporáneo. Un escenario construido colectivamente, para la celebración de la autodestrucción. Una transformación festiva que anuncia un cambio; un espectáculo en el que entregarse y arder en llamas, a sabiendas del desgaste que ello conlleva, por el brillo de un destello momentáneo.