Dora García. Usos infinitos

Intervención permanente en la señalética del CA2M
Usos infinitos. Intervención permanente en la señalética del CA2M. Dora García

Usos infinitos. Intervención permanente en la señalética del CA2M. Dora García. Fotografía: Andrés Arranz

Las exposiciones de Dora García plantean cómo el espacio expositivo es el producto de una relación entre la obra mostrada, el uso que de ella hace el espectador y la institución que la enseña. Lo institucional siempre viene a ser un resultado, un efecto de la negociación entre la obra y el espectador, generando una narrativa nueva que redefine los términos del museo. Para el CA2M, entre las intervenciones artísticas derivadas de los ejercicios de acupuntura arquitectónica puestos en marcha en el otoño de 2016, Dora García realiza una exposición que se formaliza como una nueva señalética, una intervención permanente que afecta a todos los espacios del centro.
 

En obras anteriores tituladas Frases de oro, la artista inserta grandes lemas reproducidos en pan de oro sobre las paredes del museo: al enunciar, por ejemplo, que «el arte es para todos pero sólo una élite lo sabe» o que «el futuro debe ser peligroso», la lectura de la institución resulta completamente transformada, inserta en una narrativa mayor de la que el texto es un manifiesto directo y una máxima política sobre su función. En el caso de Forever (2005) la artista instaló una cámara web en una sala de exposiciones del museo francés FRAC Lorraine, lo que le permitía observar a su antojo las actividades en ese espacio del museo, independientemente del tiempo público de exposición. Estas obras, intervenciones puntuales en las que los textos transforman la forma en que una institución habla de sí misma o la relación establecida con una institución «para siempre», constituyen la pauta para comprender el alcance de Usos infinitos.
 

La instalación de una señalética nueva en el CA2M ha implicado una serie de acciones mínimas pero significativas: por un lado, limpiar de elementos las paredes que rodean al sistema de circulación vertical del CA2M, los ascensores; seguidamente, sobre esos muros blancos, se insertan serigrafías en gris grafito con el nombre de los espacios y un plano guía elemental; por último, salpicados por todos los espacios del centro, aparecen nombres como «cafetería», «sala de usos infinitos», «aseos adaptados», «huerto», etc. Una señalética sirve para dos cosas fundamentales en la visita a un museo: para que el visitante conozca dónde se encuentra en cada momento y para que pueda hacerse una idea de lo que puede hacer allí. Nombrados en su sentido más neutro y amplio, los aseos, la terraza, las oficinas, la biblioteca… se convierten en el grado cero de la institución. Una definición de diccionario de una palabra cualquiera no existe en el uso cotidiano, ya que el matiz de sentido depende del contexto, de su articulación en una cadena narrativa o hablada. Del mismo modo, esta enunciación de los espacios del museo nunca es cerrada: simplemente se nombran para devenir posibilidades de actividad, lugares de uso público que pueden ser habitados y redefinidos continuamente a través de la actividad programada y de las necesidades de sus usuarios, ya sean subjetivas o comunitarias. Las paredes de pintura magnética, sobre las que pueden instalarse notas, añadirse informaciones como respuesta inmediata a necesidades de atención, responden precisamente a esos usos posibles que nunca se agotan y que en cada momento pueden exigir una posibilidad nueva, una definición clara para futuros infinitos.
 

Dora García (Valladolid, 1965) es una de las artistas españolas con mayor reconocimiento internacional. Cursó sus estudios de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, España, y en la Rijksakademie de Ámsterdam, Holanda (1985-1992). Ha participado en exposiciones de arte internacionales como la Manifesta (1998), la Bienal de Estambul (2003), Münster Sculpture Projects (2007) y la Bienal de Sydney (2008). Su obra se ha mostrado en museos como el MACBA, Barcelona (2003), MNCARS, Madrid (2005), MUSAC, León (2005), SMAK, Gante (2006) y GfZK, Leipzig (2007). Fue la representante española en la 54a edición de la Bienal de Venecia (2011) con el proyecto Lo Inadecuado. Actualmente reside en Barcelona, codirige Les Laboratoires d’Aubervilliers en París y es profesora en la Haute École d’Art et de Design de Ginebra.
 

Este proyecto es un gesto artístico consecuencia de Acupuntura. La arquitectura del CA2M en transición.

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