Medusa Rise se ha levantado temprano y se ha puesto unos vaqueros para no atravesar el pasillo desnudo. El cinturÓn está abierto, colgante. Después de unos minutos recorriendo descalzo la casa, desperezándose, vuelve a entrar en la habitación con una botella de agua en la mano. La luz entra a través de las ventanas sin cortinas y no sin crueldad, muestra cada objeto y su anestesia. La quietud parece engordada ahora. Encima de la mesa repleta de botellas y ceniza el libro sigue abierto boca abajo. Medusa lo coge y lee: Embiste el sexo con la enhiesta caña / igual que si campara en un torneo, / y con mano feliz ase el trofeo/ de la trenza odorífera y castaña. El deseo toma ahora una forma líquida recorriendo las piernas de Medusa. Sigue leyendo: y gallardo, magnífico, impaciente, / como un corcel se agita cuando siente / la presión de su carga de alabastro.
Extracto del soneto El duque de Aumale del libro Caro Victrix de Efrén Rebolledo.