MIÉRCOLES 9 DE MARZO 18:30 H
BOYA ~célula x Seminario Euraca (*)
¿Quién siente una vergüenza? ¿Quién la dice y cómo, si puede decirla? La tradición moderna y el individualismo radical que sostiene nuestro presente capitalista nos educaron para pensar que quien siente es siempre un yo, y que cuanto más íntimo sea su sentimiento, cuanto más inconfesable o secreto, más suyo será, de manera exclusiva y excluyente. ¿Pero quién es ese yo y a quién excluye? ¿Respecto a qué normalidad o sentido común siente vergüenza cuando se desvía? ¿Y cómo alguien concreto, pronunciando el pronombre yo, podría hacerse cargo de su vergüenza para usarla a su favor y a favor de todas? ¿Podría, siquiera, hacerlo?
Nosotras creemos que sí, y miramos a ciertos usos de la lengua y a ciertas prácticas de arte verbal como ocasiones para desprivatizar la vergüenza y comprenderla en su dimensión social. Es decir, como un sentimiento-bisagra que relaciona la intimidad del sujeto con la norma social que distingue y raciona el placer, el valor, la posibilidad o el lujo. Y también como una emoción capaz de señalar esa norma, interiorizada y por tanto invisible, para hacer que se note, que se nombre y que pueda, por tanto, cambiar.
Vergüenza (=_=) Verwenza