En los últimos años, la escena artística de Turquía ha ido ganando protagonismo en todo el mundo y un artista polifacético como Halil Altındere representa a la perfección algunas de las constantes de los cambios culturales en ese país. Entre las peculiaridades de su obra se incluyen una mirada crítica con la sociedad y el poder, el uso de un vocabulario visual tradicional combinado con otro más contemporáneo y la voluntad de construir un campo fértil en el que se multipliquen las relaciones entre artistas y pueblo en su conjunto.