COSTA BADÍA. TACÓN, PIE, BASTÓN

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Costa Badia

Fotografía: Sue Ponce.

Comisariado por Júlia Ayerbe.

Fantasía, tacones, color rosa, descanso, deseo, prótesis, accesibilidad, ser la norma desviando la norma: ese es el universo de Costa Badía (Madrid, 1981) que ahora toma la planta baja del Museo CA2M. 
En su producción reciente, Badía realiza piezas que, desde la crítica y la ternura, desconciertan los modos socialmente establecidos como normales. No es nuevo que artistas y activistas con diversidad funcional desafíen las miradas hacia la discapacidad, tratando de clasificar como segunda categoría esos cuerpos rebeldes por medio de la pena, la aversión, la hostilidad… Consciente del lugar que ocupa en el mundo como mujer diversa funcional, Badía devuelve al mundo la mirada jugando a cambiar la perspectiva: es ella la que flirtea, fricciona e investiga los modos, rituales y fantasías de la normatividad.

    Tacón, pie, bastón es una obra inédita creada especialmente para las escaleras que ocupan la entrada del Museo CA2M. Las escaleras, esa estructura arquitectónica tan antigua, son imposibles para algunos cuerpos por su falta de accesibilidad y, para otros, son un acceso más entre dos pisos. En ciertos contextos, nos llevan al más allá: a la palabra sagrada de la Iglesia, a la cúspide de una pirámide, a la recogida de un Oscar, a un discurso político. Es en las alturas de las escaleras que están algunas elegidas, que descienden a la tierra vestidas de gala, con tacones altísimos, cuerpos esculpidos por las reglas de Vogue, dotadas de elegancia y de gracia. Sonrientes, saludan con los ojos y apoyan sus manos como plumas en un par de hombres puestos a la perfección para acompañarlas, tal y como nos enseñó Norma Duval. 

El 26 de enero, Badía desciende como una diva. Se deshace de las normas de los espacios de imposibilidad, como son para ella las escaleras y la feminidad papel cuché, y crea otras normas, desde su fantasía y desde su propio deseo. Las miradas ahora tal vez traten de reconocer lo que parece ilegible, conocer lo que parece extraño. Porque cuando el cuerpo es disidente no hay otra norma que la de una misma. Para bajar, Badía elije a dos hombres guapos y seductores que la apoyen, se confecciona un traje sexy a medida. Baja descalza, porque no puede usar tacones: no importa, porque debajo de esas mismas escaleras construyó un refugio, a su medida, donde se convierte en la Costa vitruviana. Lo llena de zapatos de tacón número 39, su talla, todos elegidos por ella. Hay un asiento, para que probemos los zapatos, los toquemos, disfrutemos y descansemos porque los museos, sí, son un lugar para sentarse.

Mediante ritos y objetos en disputa dentro del territorio de lo femenino, como pueden ser un zapato de tacón y el deseo de ser una diva, Badía reitera su no-lugar y se demora en el trayecto. Su intención nunca fue llegar a ser la normatividad misma, ni tampoco negarla, sino investigar qué hay entre esos dos puntos: vivir la fantasía desde su propia corporalidad, desarmar la fijación por ese destino tan normal y a veces inabarcable que puede ser un cuerpo considerado perfecto, ir más allá de las normas de género. Tacón, pie, bastón invita, desde la puerta de entrada, a descansar y fantasear con zapatos que no nos sirven, probar las prótesis que deseamos y que nos apoyan, reflexionar sobre si nuestros trayectos son accesibles, sobre las experiencias de tránsito, sobre cómo hemos llegado hasta aquí.
 

COSTA BADÍA

Soy artista y mediadora cultural. Me he graduado en Bellas Artes y tengo un posgrado en Educación Artistica en Instituciones Sociales y Culturales, ambos por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente trabajo en el Departamento de Educación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid coordinando la sección de accesibilidad, con énfasis en la mediación cultural y programación.

Mi trabajo como artista se centra en la validación del error, el desafío a los estereotipos de belleza y de comportamiento. Busco un camino alternativo investigando la convivencia entre las personas normativas y los cuerpos diversos. He participado en exposiciones colectivas como la 7ª y 8ª Bienal de Arte Contemporáneo de la Fundación Once, realizado performances en el MNCARS y Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, y he presentado una muestra individual en el Instituto de las Mujeres. También he hecho ponencias sobre arte y discapacidad en encuentros y jornadas en instituciones como Trueque Institucional Centro d´Art Santa Mónica, La Panera, Matadero Estudios Críticos, entre otras. Soy fundadora y dirijo La Tullida Gallery, un punto de encuentro entre el arte y la diversidad funcional.

JÚLIA AYERBE

Júlia Ayerbe es activista, investigadora, comisaria y editora. Su trabajo está enfocado en temas relacionados con diversidad funcional, feminismos y prácticas editoriales. En Brasil ha trabajado con instituciones como Pinacoteca de São Paulo, Casa do Povo; Sesc; Prêmio Indústria Nacional Marcantônio Vilaça; Museu da Imagem e do Som, entre otras. Junto a Laura Daviña fundó la editorial independiente Edições Aurora / Publication Studio São Paulo (2014-2018). Desde que vive en Madrid (2017), ha estudiado un máster en historia del arte contemporáneo (UCM/UAM/MNCARS) y desarrollado proyectos para instituciones europeas como Galerias Municipais de Lisboa; Haus der Kulturen der Welt (Berlin); MNCARS; Sala de Arte Jóven; Tabakalera; entre otras. Actualmente prepara una tesis doctoral sobre la intersección entre arte contemporáneo y diversidad funcional en el departamento de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

 

Arquitectura: Husos Arquitecturas

Asesoría Artes Escénicas: Laura Jabois

Chico 1: Dito Castro

Chico 2: Jaime López

Diseño de vestuario: Nacho Gamma

Maquillaje y peluquería: Ariadna Martin

Producción: Nur Banzi. 

Montaje: Dime 

Sonido: APsystem

Mentorias de movimiento, corrección postural y aceptación corporal: Amparo Siller

 

Agradecimientos: Equipo del Museo CA2M, al bastón, la silla, los audífonos, Maite Barrera, Yuji Kawasima.

Fotografías: Sue Ponce.
Video de la exposición
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