El trabajo de Blanca Gracia (Madrid, 1989) parte de la mitología para explorar mundos de pseudo ficción con los que ha desarrollado narraciones asimiladas a nuestra propia contemporaneidad. Su producción, parte del dibujo como técnica para avanzar en el lenguaje de la animación y recientemente en el de la performance. La acuarela llevada hasta sus últimas consecuencias le sirven para construir animaciones que, mediante el collage, generan una apariencia artesanal.
Exposición
Esther Gatón (Valladolid, 1988) se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid con una tesis titulada: Formas de acción y producción de las prácticas artísticas en la economía postfordista. Análisis de su potencialidad específica. En ella desmontaba los relatos míticos que constituyen el material narrativo básico para hablar de los artistas de hoy.
Elements of Vogue transcurrió en el CA2M entre noviembre de 2017 y mayo de 2018. Éste es el libro de una exposición que investigaba cómo las minorías utilizan sus cuerpos para crear formas disidentes de belleza, subjetividad y deseo.
Nacho Martín Silva (Madrid, 1977) es pintor y su trabajo es una profunda investigación sobre la naturaleza fragmentaria de la pintura. Muchas de sus obras parten de un registro documental, de una relación con el material iconográfico de la historia: este no se convierte en origen sino en un impulso genealógico que acontece como técnica pictórica.
La pintura es el medio elegido por Julián Cruz (Valladolid, 1989) con el que expresar cómo el uso de determinadas imágenes transforman los significados que tradicionalmente le son atribuidos. Su obra está repleta de imágenes que extrae del mundo del cómic, la televisión o de publicaciones de arte con las que generar nuevos significados. También los collages fotográficos invadidos de imágenes sacadas de internet completan el voraz universo visual de este artista.
Gabriela Bettini (Madrid, 1977) ha trazado en su obra, mediante diferentes medios, un largo camino de búsqueda introspectiva que le ha llevado a recorrer no solamente la memoria de su pasado -hija de padres argentinos exiliados, Bettini pertenece a una familia donde cinco de sus miembros desaparecieron en la dictadura de aquel país- sino el trabajar con distintas temporalidades entre el recuerdo y la reconstrucción de la memoria individual y colectiva.
Desde hace cinco años, Jorge Mirón (Madrid, 1983) centra sus esfuerzos en la fotografía. Comenzó retratando cuerpos en la noche, primero con la frialdad del claroscuro y poco a poco dejando que los estados de conciencia inducidos por la música, el contacto y la atmósfera contaminasen sus imágenes. El color y la calidez hicieron de sus fotografías la forma representacional más certera de las políticas nocturnas de los últimos años 10.
La práctica de Mario Espliego (Guadalajara 1983) está vinculada al programa de la escultura monumental y se resuelve en diversos medios y procedimientos, incluyendo la escritura de manera habitual. Profesor de escultura en la Escuela Universitaria TAI, es Doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. En su tesis, al igual que en su trabajo artístico, analizaba distintas problemáticas ligadas a la violencia producida desde/hacia el formato monumental. Actualmente se encuentra trabajando en su proyecto “Por la uña el león”, becado por la Fundación Botín.
María Sánchez (Ávila, 1977) es una artista pequeña. No se trata de su talla ni del tamaño de sus piezas, sino de su trabajo. Realiza acciones, así que apenas produce objetos y a veces ni siquiera un registro de sus obras. Su pequeñez es la de pasar desapercibida del acontecer habitual de la vida cotidiana. María hace de lo menor una fuerza política, porque es capaz de hacer perceptible la invisibilidad de las relaciones de intimidad de nuestros cuerpos en sociedad.
Ana Esteve Reig (Agres, Alicante, 1986) se formó en Alemania y completó sus estudios con un posgrado bajo la tutela del artista Bjørn Melhus. Ana utiliza los estereotipos narrativos del cine o del vídeo digital en los medios de comunicación para mostrar la forma en que la ficción sirve como una forma de producción de realidad. Su trabajo de edición es heredero de los estudios visuales feministas y de sus críticas al medio fílmico.