Instalados a la intemperie, los monumentos imponen una memoria en el espacio público que refleja la ideología de quien los promovió. También allí instalados sufren las inclemencias del tiempo, desde la abrasión del sol hasta las humedades del invierno. Mientras que el destino de los monumentos en bronce es el del óxido, el de aquellos de material pétreo es el de cubrirse de una pátina de verdín. Estos desgastes, sumados a las formas solemnes alzadas sobre pedestales, parecen evidenciar la antigüedad de un pasado glorioso, aunque éste no siendo siempre el caso. Sin ir más lejos, el monumento de Móstoles a Andrés Torrejón, aunque parezca que proviene de un reino muy muy lejano, tiene poco más de 100 años.
Al mismo tiempo, no todos los colectivos tienen derecho a este tipo de representaciones. Paseando por Móstoles podemos ver una clara jerarquía entre las ideas y personas recordadas en sus monumentos, lo que nos invita a preguntarnos acerca de qué o quién tiene derecho a qué tipo de monumento, a qué estética, materiales o envergadura. El monumento y su pedestal evidencian la lucha por la presencia y conquista del espacio público.
En esta sesión de Ciudad Sur os invitamos a recorrer distintas plazas y parques en busca de monumentos de lo más variopintos, de la mano de Daniel Palacios González, nacido en Móstoles y vecino de Alcorcón, e investigador y Dr. en Historia del Arte, especializado en Patrimonio Cultural y Memoria.