CÁPSULA DE COLECCIÓN: VALIE EXPORT
Fotografía en blanco y negro
105 x 70,2 cm; con marco: 123,3 x 87,6 x 3 cm
Colección Fundación ARCO
El 2 de julio de 1970, en un escenario en Frankfurt la artista VALIE EXPORT se tatuó públicamente un liguero. Se trataba de una transgresión radical de los estereotipos de género –ya que los tatuajes en su época pertenecían al ámbito masculino de los convictos o los marineros– pero también de llevar al extremo el uso del cuerpo propio, ya que la acción artística se volvía parte de su cuerpo de forma permanente, con la duración de su vida misma. El liguero es un fetiche de la fantasía sexual masculina y el indicio de cómo la mirada del hombre convertía el cuerpo de la mujer en un objeto sexual destinado a su disfrute. Al tatuárselo y mostrarlo desafiante, la feminidad se construye como un espacio de autodeterminación: ser mujer como una construcción política y no un objeto dado, es decir, la reivindicación básica del feminismo.
VALIE EXPORT fue una de las artistas fundamentales de la segunda mitad del siglo XX y una de las exponentes más brillantes de la primera oleada de feminismos que se produjo con la irrupción del arte conceptual a finales de los años 60. Adoptó este nombre –Valie como nombre y EXPORT tomada por una famosa marca de tabaco muy comercial entonces– en 1968, a los veintiocho años: se trataba de un gesto antipatriarcal, para renegar de la obligación de llevar en su nacimiento el apellido de su padre -como Waltraud Lehner- y luego, una vez que contrajo matrimonio, el de su marido Waltraud Höllinger. VALIE EXPORT funciona como un concepto y como un logotipo.
El punto de partida de su trabajo fue el Accionismo Vienés, realizado en su mayor parte por hombres, y el contexto de las revueltas sociales a finales de los 60: en el 67 se condena a muerte al Che Guevara, en el 68 se produce la revuelta estudiantil de mayo en París y comienzan también las acciones reivindicativas afroamericanas en respuesta al asesinato de Martin Luther King Jr. Es en este contexto en el que VALIE EXPORT produce una serie de performances de guerrilla en espacios públicos de diversas ciudades de su entorno a la que pertenece esta acción corporal.
Esta fuente está realizada a partir de una doble transformación de materiales procedentes de la naturaleza. Por un lado, el mármol –material por antonomasia de la escultura clásica–, es una pieza cortada previamente, que quizá sirvió de revestimiento en un primer uso industrial.
Las fotografías de horizontes urbanos de Hannah Collins tienen una peculiaridad: sus cielos aparecen teñidos de un color extraño. Como las imágenes de los créditos de una película imaginaria, esta fotografía cataloga la sensación que un lugar –ya sea por referencias culturales premeditadas o por una impresión subjetiva– produce a la artista en un momento determinado.