COLECCIÓN XX: HISTORIA DEL ARTE

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Historia del Arte

Fotografía: Roberto Ruiz.

El punto de partida de esta exposición es programático. El arte contemporáneo se ha desarrollado desde finales de los años 60 en un régimen de representación que tiene como síntomas diversas revueltas: Mayo del 68, Stonewall, la tercera ola del feminismo o las independencias de los países sometidos a los imperios coloniales europeos. Los inicios de la performance, del conceptualismo o de la crítica institucional coincidieron cronológicamente con esas transformaciones sociales, pero han de entenderse no tanto como sus consecuencias, sino como formas simbólicas en las que resuenan estos cambios en el orden de lo político y que, al mismo tiempo, vehiculan nuevas posibilidades de producción estétca de las subjetividades, nuevas formas de vida. La historia del arte contemporáneo es, entonces, necesariamente abierta como las obras que estudia, que cuestionan la inmovilidad de cualquier relato único. Deberíamos, por lo tanto, hablar de múltiples historias del arte, en minúsculas.

Las colecciones de las instituciones son una herencia colectiva y, como tal, constituyen el espacio de construcción de la Historia del Arte, en mayúsculas. Por eso es un derecho de sus públicos y una responsabilidad institucional establecer mecanismos para que la ciudadanía pueda apropiarse de esa Historia del Arte. Por una parte, esta apropiación constituye un ejercicio que permite cuestionar el canon, estructuralmente misógino, que ordena las colecciones de nuestro museo. Por otra, permite ocupar el interior de una disciplina mostrándole un reflejo más amplio de su sujeto de estudio, es decir, una historiografía donde quepa mucho más… sin ir más lejos, donde también se cuente con la otra mitad de nuestra sociedad, claramente infrarrepresentada.

El fondo sobre el que, de forma literal, se recorta esta exposición es la obra De entre las muertas (2020) de Diana Larrea: esta artista (Madrid, 1972) ha rastreado los márgenes de aquella Historia del Arte para restituir las genealogías olvidadas de mujeres artistas, desde el Renacimiento hasta los umbrales del siglo XX. En la Colección del CA2M, que tiene como misión recoger la Historia del Arte Contemporáneo en Madrid, ese trabajo está todavía por hacer, pero esta exposición nos permite dialogar sobre el esfuerzo en curso. Piezas de figuras clave como la pintora Isabel Villar (Salamanca, 1934) o las Premio Nacional de Artes Plásticas Eva Lootz (Viena, 1940) y Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 1941) se suman a las de otras de mujeres artistas de las generaciones siguientes, como las experiencias escultóricas de María Luisa Fernández (Villarejo de Órbigo, León, 1955) o Begoña Goyenetxea (Barcelona, 1958) o las pictóricas de Felicidad Moreno (Lagartera, Toledo, 1959). Sus obras han sido adquiridas recientemente para cubrir lagunas que existían en la Colección de Arte Contemporáneo de la Comunidad de Madrid desde mediados de los años 80, contando además con su generosidad y con el cuidado con el que ellas o sus galerías las han custodiado hasta la fecha.

A ellas se incorporan otras artistas de las generaciones más jóvenes que nos permiten pensar en presente: sobre el espacio público y el arte político en Madrid, de la mano de María María Acha-Kutscher (Lima, 1968); sobre los sistemas de producción industrial de Paula García-Masedo (Madrid, 1984) y los de la precariedad artística en Olalla Gómez (Madrid, 1982); con la reflexión desde el estudio que realiza Clara Sánchez Sala (Alicante, 1987) o incluso desde el archivo de los restos del propio trabajo de Cristina Mejías (Jerez de la Frontera, 1986).

En los museos ha existido una excusa estructural para la dominación masculina en sus fondos. En el caso del CA2M, nuestras colecciones se formaron a comienzos de los años 80, cuando la sensibilidad feminista todavía era minoritaria, a pesar de sus muchas conquistas políticas y de derechos civiles. A día de hoy, creemos que no hay ninguna justificación posible para que en el futuro a una colección pública de arte contemporáneo se le escapen autoras fundamentales por no prestar atención a la producción artística en presente y por no haber cumplido la Ley de Igualdad que obliga a observar la paridad de género en nuestras administraciones. Ya no hay excusa para que las historias del arte pierdan nombres. Esta exposición es una propuesta desde el deseo: el de una gran Historia del Arte, una que merezca sus mayúsculas por igualitaria, por crítica y por más justa, que aún está por venir.

Comisarias:

Tania Pardo y Manuel Segade

Artistas participantes:

María María Acha-Kutscher, María Luisa Fernández, Paula García-Masedo, Olalla Gómez, Begoña Goyenetxea, Concha Jerez, Diana Larrea, Eva Lootz, Cristina Mejías, Felicidad Moreno, Clara Sánchez Sala, Isabel Villar.

 

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