JUAN MUÑOZ. EN LA HORA VIOLETA

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Juan Muñoz

Juan Muñoz, "Del Borrar", 1986.

Comisariado por Manuel Segade.

Esta exposición conmemora los 70 años del nacimiento del artista Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001): ningún artista español había alcanzado en las últimas décadas su notoriedad internacional, en una trayectoria fulgurante desde su primera exposición en 1984 hasta su prematuro fallecimiento a los 48 años de edad. La muestra –que continuará la que pudo verse en Alcalá 31 entre febrero y junio de 2023– recorre su primera década de trayectoria.

Los inicios de su producción estuvieron marcados por varias vías abiertas de investigación. Por un lado, el interés en la paradoja entre la inmaterialidad del lenguaje simbólico y la violencia material de la escultura, en un desvío de las tendencias del arte povera y conceptual de las décadas anteriores. Por otro lado, la introducción de la teatralidad -de la reacción física y emocional de los visitantes a una exposición- como un elemento fundamental a la hora de concebir el espacio de la instalación y los protocolos de lectura de una obra.

Juan Muñoz comenzó tarde a producir obra, después de haber comisariado exposiciones y escrito textos críticos con éxito notable. Eso hace que sus primeras obras tengan una madurez apabullante y que, en tan sólo 8 años de trayectoria, su trabajo evolucione muy rápido hasta la adquisición de un lenguaje propio, identificable y muy sofisticado.

Desde mediados de los años 80, Juan Muñoz se había embarcado en la recuperación de la figuración en la escultura pero fue paulatinamente la dimensión instalativa y la vocación arquitectónica lo que llevó su trabajo a una escala cada vez más monumental. Al mismo tiempo, sus obras también se volvían psicológicamente más complejas. Si la cuestión de la teatralidad hacía que el espectador accediera a una exposición sabiéndose a destiempo, como si hubiese llegado demasiado pronto o demasiado tarde a la obra que se le representaba, la multiplicación del número de figuras y de los recursos espaciales dio paso a una relación existencial que tiene más que suspende la incredulidad de los públicos, que borra la distancia entre exposición y realidad. Juan Muñoz nos recuerda que estar en una exposición es acceder a estar expuesto. Pero que los visitantes se sientan como los personajes protagonistas de una trama en curso es también una posición de riesgo: supone el reconocimiento de una posición frágil, de sometimiento emocional, al ceder el control al artista narrador.

La sala de exposiciones oscila entre la realidad y la ficción o, más bien, no deja de insistir en que –como el reflejo en un espejo– la realidad no es más que una modalidad de la representación. Suspendido entre dos siglos, el trabajo de Juan Muñoz se alza como el puesto de avanzada del giro especulativo que caracteriza al arte en el presente inmediato. 

JUAN MUÑOZ

Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001) pasó un año estudiando arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid antes de decidir huir de la España franquista hacia Londres en 1970. Muñoz pasó a estudiar en la Escuela Central de Arte y Diseño de Londres (1976– 1977);  en el Croydon College of Design and Technology, Londres, donde se centró en el grabado (1979–1980); y en el Pratt Graphics Center, Nueva York (1981). Los períodos que Muñoz pasó viviendo en Londres y Nueva York fueron particularmente formativos. Mientras estuvo en Londres, su trabajo se basó principalmente en la interpretación y se interesó progresivamente en un grupo de artistas que estaban trabajando para ir más allá del canon de la escultura tradicional, como Richard Deacon y Bill Woodrow, entre otros.

Al mudarse a Nueva York en 1981, recibió una beca Fulbright. También comenzó su trabajo en escultura y fue fuertemente influenciado por creadores como Philip Guston, Robert Morris, Barnett Newman y Robert Smithson. Muñoz desarrolló una amistad con la curadora española Carmen Giménez, quien le presentó al influyente escultor Richard Serra.

El trabajo de Muñoz ha sido objeto de numerosas presentaciones individuales en los Estados Unidos y Europa. En el año 2000, la Tate Modern de Londres también le encargó que fuera el segundo artista, tras Louise Bourgeois, en hacerse cargo de su Sala de Turbinas. Muñoz pasó meses desarrollando una gran instalación, que se abrió al público en 2001, año de su fallecimiento.

MANUEL SEGADE

Manuel Segade (A Coruña, 1977) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Santiago de Compostela. Su investigación predoctoral se centró en la revisión de la teatralidad y las estructuras lingüísticas alegóricas en la escultura de la década de los ochenta a través de la obra de Juan Muñoz. Desde 1998 trabaja en fragmentos de una historia cultural de las prácticas estéticas de finales del siglo XIX, en torno a la producción de una subjetividad somática y sexualizada, sobre lo que publicó el ensayo Narciso fin de siglo (Melusina, 2008).

Durante 2005 y 2006, ha sido coordinador de contenidos de Metrònom Fundació Rafael Tous d'Art Contemporani de Barcelona. Entre 2007 y 2009 ha sido comisario en el Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela. A partir de 2009 retomó su trabajo como comisario independiente, realizando proyectos para la Fundació Joan Miró, La Casa Encendida, ARCO, MUSAC, Centre d'Art La Panera, Pavillon Vendôme (Francia), Kadist Foundation (Francia), Bienal de Cuenca (Ecuador), ArteBA (Buenos Aires) TENT, (Róterdam) o el Centro de Arte Dos de Mayo (Madrid). Ha sido profesor de prácticas curaroriales en diferentes programas de posgrado y máster como Honnours in Curatorship de la Michaelis University en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) o el Programa de Estudios Independientes del MACBA y actualmente es tutor de la École du Magasin de Grenoble (Francia). Ha comisariado el Pabellón Español de la Bienal de Venecia en 2017, con un proyecto del artista Jordi Colomer.

En sus últimos proyectos intenta ofrecer formas de acercamiento gestual al comisariado como otros modos de distribución discursiva, en formatos de pedagogía y educación y en acciones curatoriales cercanas a la performance.

Actualmente reside en Madrid donde dirige el Museo Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid.

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