La obra de Patricia Esquivias aborda de manera muy personal cuestiones referentes a nuestra historia y sociedad. Como si se tratara de un estudio antropológico, la artista entrevista minuciosamente a personajes que, con sus narraciones, y mezclando fantasía y realidad, invitan a los espectadores a releer la historia de una manera apócrifa. Desde trabajos alrededor de un emblemático edificio del Paseo de la Castellana de Madrid, a la singular experiencia vital de Guadalupe González-Hontoria, pasando por la narratividad que puede surgir de las aceras de Colombia y de las decoraciones arquitectónicas rifeñas, se formula una exposición que en definitiva es un replanteamiento de los espacios públicos y domésticos, y nos hace pensar en cómo las dinámicas relacionadas con ellos se han modificado progresivamente.
La Colección Fundación ARCO es, sin duda, una de las más sobresalientes de nuestro país. Una Colección que la Fundación ARCO inició hace casi treinta años y que ha ido enriqueciendo desde entonces, hasta reunir cerca de trescientas obras de más de doscientos artistas claves para entender la creación contemporánea, muchos de los cuales no estaban hasta ahora presentes en ninguna colección pública madrileña y cuya obra se representa hoy en los museos más importantes del mundo.
Con alrededor de sesenta artistas de reconocida trayectoria internacional, David G. Torres, comisario de la exposición "PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo", plantea una visión transversal del punk como catalizador de una serie de estéticas, políticas y actitudes culturales, que desde sus inicios hasta hoy han marcado un posicionamiento dentro del arte contemporáneo. Una corriente anímica ligada a un movimiento musical muy característico que se dilata en diferentes actitudes dentro de la acción artística y su planteamiento conceptual.
La exposición "Jeremy Deller: El ideal infinitamente variable de lo popular" recorre el trabajo de este artista británico al concentrar su atención en la relectura de la historia reciente y en su estrategia para generar relatos contundentes a partir de elementos que provienen de la cultura de masas. Cuestionando algunas de las prácticas habituales en el arte, Deller insiste en retornar a un lugar apegado a los afectos individuales y colectivos a través de narraciones que, como él mismo insiste, espera se expandan y pervivan en territorios culturales extensos.
Colección XIII. Hacia un nuevo museo de arte contemporáneo se plantea como un ensayo de laboratorio y una forma de investigar sobre los dispositivos de exposición que se han utilizado en algunos de los museos públicos vinculados al arte contemporáneo que ha habido en Madrid. Se han utilizado las colecciones del CA2M y de la Fundación ARCO para examinar algunos de estos montajes. No se trata tanto de reconstruirlos, como de probar cómo funcionarían hoy esas formas de montar, intentando evidenciar cómo la percepción y el significado de las obras de arte quedan condicionados por el modo y el contexto en el que se exhiben.
El curso 2014-2015 iniciamos un trabajo de residencias de artistas en centros educativos de enseñanza primaria con el fin de integrar en el recorrido curricular oficial proyectos artísticos que se prolongasen en el tiempo durante un curso escolar. Nos parecía clave pensar la escuela como un espacio de experimentación donde mediante la implementación de metodologías provenientes del arte se pudiese plantear una educación que pensase otras formas de productividad alejadas de aquellas a las que la escuela se ha visto sometida bajo los planes oficiales.
La réplica infiel se interroga sobre la compleja relación que el arte establece con su materialidad, planteándose de qué manera se encarna el pensamiento en la forma, en el objeto, en la acción o en el cuerpo, resistiendo tanto a la promesa implícita en la idea, como a las tensiones e incertidumbres generadas por su inserción en las instituciones, los rituales de la cultura y los órdenes de lo real y lo posible.
Espacio P se constituyó en 1981 en el local interior de la céntrica calle Núñez de Arce 11, junto a la Plaza Santa Ana de Madrid. Durante su primer año fue un lugar de ensayos y formación en todo tipo de prácticas relacionadas con el cuerpo, como la expresión corporal, la performance y la danza. Después, su fundador, el polifacético artista multimedia Pedro Garhel, lo convirtió en un espacio abierto al diálogo entre las artes plásticas, visuales, escénicas y sonoras. De 1981 - 1997, realizó todo tipo de actividades relacionadas con la performance, la fotografía, la instalación la poesía visual, el mail-art, la videocreación, el cine o la música experimentales, en un periodo en el que la mayoría de las galerías y museos celebraban el retorno de la pintura.