«Mi tía embarazada le pidió a mi aita que le encontrase un nombre vasco para ponérselo a su hija. Mi aita decidió hacerle una broma y le propuso el nombre de Bidutzi (monstruo en euskera) sin decirle su significado real. A mi tía le encantó y decidió que mi prima se llamaría Bidutzi. Durante tres meses tuvo un “monstruo” en su interior al que amó y deseó. Cuando llegó la hora de parir, mi aita decidió terminar con la broma y confesarle qué significaba realmente Bidutzi. Mi tía, al enterarse, se horrorizó y le cambió el nombre a Viviana».
En este taller pondremos cuerpo a Bidutzi. Pero no a Bidutzi/Viviana sino a Bidutzi/nosotras. Bidutzi es la huésped inquietante. Para ello trabajaremos con el vestuario, el cuerpo, la luz, la oscuridad y la niebla, generando un relato a través de lo visible y lo invisible.
El taller empieza con una cita: a las cuatro en el baño.
En este taller pondremos cuerpo a Bidutzi. Pero no a Bidutzi/Viviana sino a Bidutzi/nosotras. Bidutzi es la huésped inquietante. Para ello trabajaremos con el vestuario, el cuerpo, la luz, la oscuridad y la niebla, generando un relato a través de lo visible y lo invisible.