La escuelita del CA2M es un organismo de investigación viva. Se concibe como el aparato digestivo de la institución, o segundo cerebro, de funcionamiento más lento, colectivo y experimental. Ésta es una metáfora muy productiva para pensar en el programa como lugar de digestión de procesos, de fermentación lenta de ideas, de nutrición y abono infraestructural; un espacio de negociación, de enunciación, de convivialidad y afinidad. El metabolismo del grupo que lo conforma se nutre del intercambio entre los participantes, los vectores discursivos que convoca y las condiciones de la estructura en los que se inserta. Lógicas de reciprocidad, desviación y comprensión modulan con el tiempo su recorrido en múltiples direcciones, influenciando su curso y propósito, así como los usos de la institución. Es, también, un aparato tentacular que desborda el centro tocando las cuestiones que se plantean en sus exposiciones, en su ciudad y más allá, recogiendo en ese tocar síntomas, urgencias y deseos que necesitan digeridos con otros ritmos, otras intensidades, otras formas. Por eso la escuelita es un laboratorio desde el que ensayar, especular y formular vectores de programación futura. Y es por eso también, que es un departamento imposible de fijar o definir.
La noche y la nocturnidad son también territorios que se resisten a ser fijados en una definición. Su textura borrosa se compone de todo tipo de atmósferas, afectos, anhelos e historias huidizas, que buscan ensayar otras formas de relacionalidad, de deseo, de estar juntas. Esta tercera temporada propone abordar la noche como espacio de posibilidad para las coreografías sociales y como una estructura de sensación para aprehender lo fugitivo y lo salvaje. Su naturaleza profundamente ambigua, esquiva, incontrolable, experiencial y deseante hacen de lo nocturno un registro efímero y residual que, como apuntaba José Esteban Muñoz, se compone de «una suerte de pruebas de lo que ha transpirado pero que ciertamente no son la cosa en sí misma». Por ello, esta temporada se conforma a través de un programa de encuentros mensuales que buscan profundizar en esos «rastros, destellos, residuos y manchas» nocturnos, y que estará articulado en forma de léxico abierto. Cada sesión se concibe como la declinación de una voz para ese diccionario de palabras excitadas. Pues así como necesitamos la oscuridad para reencantar el mundo contra la monotonía de una razón estéril, el lenguaje necesita a la noche para expresar la relación entre los pensamientos, los deseos y los ritmos de vida.
«Nos gusta pensar que vivimos a la luz del día, pero medio mundo está siempre a oscuras; y la fantasía, como la poesía, habla el lenguaje de la noche» (Ursula K. Le Guin).
// La escuelita del CA2M es una escuela informal, un organismo de investigación que atraviesa la institución operando como un laboratorio de formas no-tradicionales de producción y transmisión de conocimiento. Es una suerte de aparato digestivo, que recoge síntomas, urgencias y deseos detectables presentes en la programación expositiva del centro y en la producción cultural de la región Madrid, para digerirlas y metabolizarlas colectivamente, con otros ritmos, intensidades y formas. //
Entradilla
La escuelita deja de lado la programación pública y se transforma en un grupo de trabajo ya constituido, conformado de manera consciente por los participantes principales del programa, cuyo objetivo es aterrizar y digerir todo lo generado durante la temporada anterior.
Escuelita. Temporada 3