¿Qué sucede cuando creces con un idioma neutral, sin diferenciaciones de género, y llegas a un país donde todo lo tiene? ¿Cómo podemos hablar de identidad cuando un idioma ya determina qué es masculino o femenino?
El joven artista iraní Sorour Darabi se enfrentó a esto cuando llegó a Montpellier para estudiar danza. El farci, su lengua materna, no tiene formas masculinas o femeninas. El francés, por otro lado, constantemente le obliga a distinguir entre hombre y mujer, incluso en la búsqueda de su lenguaje de movimiento. Aceptar una palabra se convierte en una prueba física.
Darabi se rebela contra esta forma violenta de autoridad. Farci.e (2016) es un solo andrógino que coquetea con los límites del género, el lenguaje y la sexualidad.
Los Teatros del Canal y el CA2M se alían en un programa que pone de manifiesto un espacio de trabajo común: el cuerpo entendido como una construcción permanente y, por lo tanto, en permanente conflicto. Con Sorour Darabi (Shiraz, Irán), la transición del cuerpo propio desencadena una confrontación radical con el cuerpo social: la identidad transgénero revela el poder del lenguaje sobre los cuerpos, pero también la capacidad de este para amenazar sus convenciones.
Sorour Darabi es un-una artista iraní autodidacta que vive y trabaja en París. Tras trabajar en la red underground en Irán, estudió en el Centro Coreográfico Nacional (CCN) de Montpellier, Francia.
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Los Teatros del Canal y el CA2M se alían en un programa que pone de manifiesto un espacio de trabajo común: el cuerpo entendido como una construcción permanente y, por lo tanto, en permanente conflicto. Con Sorour Darabi (Shiraz, Irán), la transición del cuerpo propio desencadena una confrontación radical con el cuerpo social: la identidad transgénero revela el poder del lenguaje sobre los cuerpos, pero también la capacidad de este para amenazar sus convenciones.