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Linz Diary, de la artista Emily Jacir, son una serie de fotografías en color, tomadas en 2003, que recogen una acción realizada por la artista que consistió en pasear alrededor de una fuente situada en la plaza de Linz, en Austria.
Muchas de las pinturas de Ángela de la Cruz se presentan como cuerpos extendidos en una evidente fisicidad al retorcer los lienzos, rasgar las telas o manipular los soportes, lo que convierte a cada una de sus obras en un contenedor de relatos donde la pintura adquiere una presencia física y espacial.
Gira entorno a dos grandes instalaciones que condensan las investigaciones de la artista en los últimos años, en un diálogo entre lo ficticio y lo real donde distintas narraciones en proceso proponen nuevas formas que contraponen los efectos de la naturaleza a la estética industrial de acabados lisos y brillantes.
Eva Fàbregas concibe la relación con el arte a través de la experiencia sensorial. Sus esculturas, realizadas con materiales blandos y etéreos, como la tela y el aire, a menudo incluyen sonidos y nos invitan a acercarnos a través de los sentidos, a descubrirlas mediante el tacto, generando una intimidad que deje fluir los afectos.
Ixone Sádaba se cuestiona el significado de la imagen y qué puede hacer la fotografía ahora que ha perdido su atribución como instrumento para documentar la realidad. El Museo Centro de Arte Dos de Mayo expone cápsulas de su colección, obras de la colección instaladas de forma casi permanente en espacios de tránsito del museo.
Resultado de un intenso intercambio sostenido entre la artista y la comisaria durante los últimos cinco años, en el cual se han propuesto revisar críticamente los relatos históricos, las jerarquías culturales y la construcción de la identidad colectiva en el contexto de la península ibérica.
Recorre dos décadas de producción de la artista y se acerca a problemáticas de alcance colectivo en torno la violencia contra las mujeres y el castigo sistémico de la vejez pero que más que una narrativa de superación o la culminación de un proceso formal y existencial, los trabajos que componen este recorrido rebosan pasión e inconformismo.
La obra de Schlosser adelanta algunos de los intereses y tendencias de la escultura actual, como es la dimensión ecológica y la constante investigación sobre materiales orgánicos que apenas son intervenidos, del mismo modo que su trabajo más allá de reflexionar sobre el paisaje lo hace sobre la experiencia del paisaje que el artista trata de trasladar al espacio expositivo.
El trabajo de Cristina Garrido (Madrid, 1986) gira en torno al estudio del sistema del arte contemporáneo y de cómo dentro de él hay factores y agentes que tienen asignados unos valores que de hecho presuponen y a la vez legitiman su autoridad en el sistema. Su análisis se centra en qué tipos de procesos de circulación de imágenes existen y cuál es su impacto en la producción artística y en la cultura expositiva.