Ahora que la normalidad se ha hecho rara y sabemos que lo raro es lo normal, nos adaptamos como camaleones para proponer una actividad dirigida a los alumnos y alumnas de primaria.
Danzónico se traslada al espacio exterior. El carnaval es ahora a oscuras. El nuevo espacio es fértil para dar a luz a los seres más fantásticos de la galaxia: bestias de cuerpos imposibles que braman, chillan y pían con sonidos nunca antes escuchados por el oído humano. El novedoso organismo despide luces danzarinas y está movido por el deseo comunal, que se expresa en el enlace de los cuerpos. Cuerpos que se tocan a través de la luz. Lo oscuro y lo luminoso se dan la mano.
Danzónico es un taller/laboratorio en el que generamos nuestro propio carnaval. Nos transfiguramos en seres sonoros, en bestias magníficas que poseen movimientos fantásticos. Un laboratorio en el que convertimos nuestros deseos, nuestros miedos, nuestros anhelos, nuestras mejores cualidades en un animal del espacio exterior que habita el museo. Un laboratorio para dejar que los deseos fluyan, para re-imaginar nuestros movimientos, para entendernos como parte de un organismo que transciende nuestros cuerpos individuales; para subvertir nuestros roles y crear unos nuevos, nuevas realidades que nos dejen interpelar, desde lo sonoro, lo visual y el movimiento, la realidad que vivimos y cómo la habitamos. Un carnaval diferente cada vez.
La actividad ha sido pensada para adaptarse a las circunstancias del momento en que estamos viviendo.
Ahora que la normalidad se ha hecho rara y sabemos que lo raro es lo normal, nos adaptamos como camaleones para proponer una actividad dirigida a los alumnos y alumnas de primaria.
Fotografía: Sue Ponce.